ORÍGENES

La Cofradía desde que inició en 1972 su Procesión de Las Lágrimas, los Martes Santo, hizo suya la expresión popular “la Jota es sentimiento” y, a través de cinco coplas entonadas después de cada predicación, hacía manifestación pública de su Fe, convirtiéndola en oración.
Años después vendría la ratificación del Santo Padre Juan Pablo II –en una de sus visitas a Zaragoza– al decir “el que canta una Jota, reza dos veces”. E incluso recientemente en la publicación “Siempre la Jota” de HA.(2011)  se refieren a la jota cantada en las procesiones como manifiesto de su importancia.
Son cinco los momentos en que se cantan jotas en la procesión de Las Lágrimas y también eran cinco en la del Descendimiento, todos ellos tienen relación con la procesión que se está realizando. Así en la del Martes después de cada predicación, mientras que en la del Jueves, cuando se salía desde la Iglesia del Sagrado Corazón eran dos en la propia Iglesia ,una en la calle Alfonso, otra en San Cayetano y otra en la bandeja del Pilar ante el bajo relieve de la Virgen. Los cambios en el recorrido de esta procesión han adaptado las jotas a sus lugares, entonándose entre tres o cuatro (en la salida, en la llegada y en el acto del sermón del Descendimiento. Al margen de las procesiones, también se cantan jotas durante la celebración de la eucaristía de imposición de hábitos y medallas.
Cuando se decidió la implantación de una jota/oración hubo, en primer lugar, que elegir el estilo de la misma. Después de una visita a la Escuela Municipal de Jota y con la colaboración del profesor Cester, se pensó que el más apropiado era el estilo de “ La bruja” así que entre Guillermo Marcos, Tomas Negro –tambores– y Jesús  Franco y Luis Mª Oses –timbales– se adaptó el ritmo. Faltaban las letras, y para eso ya estaba el impulsor de la procesión el  P. Ignacio Cavero S. J. que con unas cualidades importantes para la música, fue autor de las primera “cantas” que se entonaron en la Cofradía.

La prueba final antes de salir a la calle, se realizó en los estudios de Radio Zaragoza, donde se grabaron las primeras jotas que se oirían en la Semana Santa de Zaragoza integradas dentro de una procesión. Recordamos, por su colaboración, al técnico Sr. Nápoles por cómo solucionó los problemas de sonido y acoplamiento entre voz, tambor y timbal.

Si ya teníamos la tonada y las letras, sólo faltaba buscar a los cantadores que pusieran emoción en su entonación y trasmitieran la oración que conllevaba la jota. Por ello, y aunque a lo largo del tiempo han existido cofrades que las han interpretado, recordamos a  Pilar Bosque, Raquel Frago, Luis Robles o a Lourdes García Lahuerta que desde hace años empieza la procesión con una copla escrita por los también cofrades Miguel Ángel Castillón y Enrique Collados, o personas ajenas a la Cofradía como Luis Gálvez Turón, o Pilar Velaz. Así, desde el inicio se ha contado con cantadores con un reconocimiento público importante.
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